En un mundo obsesionado con la juventud, Yazemeenah Rossi es la prueba de que la belleza no entiende de edad. A sus 69 años, la modelo, actriz y promotora del bienestar francesa sigue cautivando al público con su cabello canoso, su piel radiante y su inquebrantable confianza, lo que le ha valido el título de «la abuela más bella del mundo».
Nacida en Córcega en 1955, Yazemeenah desafió las normas de la industria al comenzar su carrera como modelo a los 30 años, una edad a la que la mayoría de las modelos se jubilan. Sin embargo, su estilo único y su autenticidad la convirtieron rápidamente en una musa codiciada en la moda y la fotografía. Posteriormente, se expandió a la actuación, protagonizando películas como Belleza eterna y The Grasslands .
Pero más allá de su impactante apariencia, el verdadero atractivo de Yazemeenah reside en su intrépida actitud ante el envejecimiento. Para ella, la belleza es un reflejo de fuerza, sabiduría y autocuidado, más que algo ligado a la juventud.
A pesar de la especulación generalizada, Yazemeenah nunca se ha sometido a cirugía estética. En cambio, atribuye su brillo eterno al cuidado natural de la piel, usando aceites como el de oliva y el de colza, exfoliantes de azúcar semanales y una dieta sana rica en aguacates y proteínas orgánicas.
“No hay trucos de magia”, dice. “Se trata de cuidarse por dentro y por fuera”.
Yazemeenah defiende la idea de que envejecer no es algo a lo que temer, sino a lo que aceptar. «Las mujeres mayores deberían estar orgullosas de su cuerpo», afirma. «Cada etapa de la vida trae consigo su propia belleza».
Sin planes de bajar el ritmo, sigue modelando, viajando e inspirando a millones de personas en todo el mundo. «Modelaré hasta el final de mi vida», declara.
Más que una bella abuela, Yazemeenah Rossi es un testimonio viviente de que la confianza, la elegancia y el propósito nunca se desvanecen; solo se fortalecen con el tiempo.

